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Guías Europeas de Uroanálisis 2023: Recomendaciones Clave

El uroanálisis es una herramienta esencial para el diagnóstico de diversas afecciones urinarias y renales. Las guías europeas de 2023 proporcionan un marco claro sobre cuándo y cómo realizar el análisis de orina, optimizando su uso en la práctica clínica. A continuación, te presentamos un resumen de las principales recomendaciones.

Bloque 1: Necesidades médicas y requisitos

1.1. ¿Cuándo es adecuado solicitar un análisis de orina?

Las indicaciones para solicitar un uroanálisis incluyen las siguientes situaciones médicas:

  • Sospecha de infección del tracto urinario (ITU): cuando se presentan síntomas sugerentes de ITU.
  • Detección de bacteriuria asintomática: sólo en grupos específicos de pacientes.
  • Sospecha de enfermedad renal: ya sea primaria o secundaria a enfermedades sistémicas como diabetes, hipertensión, enfermedades reumáticas, toxemia del embarazo, o efectos adversos de medicamentos.
  • Enfermedad post-renal: cuando se sospecha o se hace seguimiento de estas condiciones.
  • Detección de glucosuria, cetonuria o alteración del pH urinario: exclusivamente en grupos de pacientes determinados.

1.2. Análisis para la detección de ITU

Se recomienda una estrategia de cribado para limitar el número de cultivos bacterianos a los pacientes que los necesitan para su diagnóstico y tratamiento correctos.

No se requieren cultivos de orina de pacientes sin complicaciones. En pacientes de urgencia, es importante encontrar el equilibrio entre un diagnóstico rápido y la solicitud inadecuada de cultivos bacterianos de orina.

1.2.1. ITU No Complicada

La ITU no complicada se define como una ITU aguda, esporádica o recurrente de las vías urinarias bajas (cistitis no complicada) y/o altas (pielonefritis no complicada), limitada a mujeres no embarazadas sin anomalías anatómicas y funcionales relevantes conocidas en el tracto urinario ni comorbilidades.

La ITU de vías bajas puede diagnosticarse sin pruebas de laboratorio mediante un cuestionario específico, denominado ACSS (Puntuación de Síntomas de Cistitis Aguda). Si los síntomas persisten, se justifica un cultivo bacteriano de orina con prueba de sensibilidad a los antimicrobianos.

1.2.2. Otros pacientes con sospecha de ITU

Los urocultivos son necesarios para otros grupos de pacientes con síntomas relacionados con ITU de vías urinarias bajas o altas, incluyendo varones, niños, pacientes con síntomas atípicos o recurrentes, pacientes con anomalías o diversos dispositivos en el tracto urinario y aquellos que no responden al tratamiento antimicrobiano. En los ancianos, se debe considerar el estado general de salud, las comorbilidades y la intención de tratamiento al decidir sobre la necesidad médica de solicitar un urocultivo bacteriano, debido a la alta prevalencia de bacteriuria asintomática.

1.2.3. Bacteriuria Asintomática

La bacteriuria asintomática se define como la presencia de 1 o 2 especies bacterianas con un recuento superior a 105 unidades formadoras de colonias (UFC)/ml o 108 bacterias formadoras de colonias (BFC)/l. Esto se detecta en un cultivo de una muestra de orina tomada correctamente a mitad de la micción. Esta condición se da sin que haya síntomas o signos de una infección del tracto urinario (ITU), y puede estar presente con o sin piuria (leucocitos en la orina).

En la mayoría de los casos, la bacteriuria asintomática no aumenta el riesgo de desarrollar una ITU y, por lo general, no requiere tratamiento con antibióticos.

1.3. Análisis para la detección de enfermedad renal

El uroanálisis es crucial para detectar enfermedades renales, ya sea por síntomas como hematuria (sangre en la orina), disuria (dolor al orinar) o dolor localizado, o por enfermedades sistémicas que predisponen a daños renales, como la diabetes o la hipertensión.

1.3.1. Proteinuria, Hematuria y Partículas Renales

La presencia de concentraciones altas de proteína en orina de manera sistemática es un marcador clave de enfermedad renal. Se recomienda el recuento automático o la microscopía manual de partículas de orina para detectar enfermedad renal en pacientes de bajo y alto grado con proteinuria.

Se recomienda el uso de tiras reactivas para detectar concentraciones de albúmina elevada como estrategia de seguimiento en pacientes de alto riesgo, seguido de una técnica de cuantificación, para la detección y el seguimiento de la enfermedad renal.

En caso de hematuria persistente, se debe evaluar el isomorfismo y el dismorfismo de los eritrocitos si no se detecta proteinuria, tras descartar causas subyacentes como irritación vesical o infección urinaria. Los eritrocitos isomórficos indican sangrado urinario, mientras que los dismórficos sugieren sangrado glomerular.

Las partículas urinarias relacionadas con el riñón (cilindros, células epiteliales tubulares renales) suelen confirmar la presencia o diferenciar el tipo de daño renal.

BLOQUE 2: Preparación del Paciente

Se debe involucrar a los pacientes para que el proceso de recolección de la muestra se realice de la mejor manera posible, a fin de minimizar su contaminación. Sería de gran ayuda que los laboratorios y médicos de atención primaria dispongan de material explicativo.

2.1. Factores que afectan los resultados del uroanálisis

  • Diuresis y Ayuno: La concentración de varios componentes de la orina cambia según la cantidad de agua que se excreta, lo cual depende de la ingesta de líquidos, la función renal y el uso de diuréticos. Para evaluar la diuresis (cantidad de orina), se pueden medir la creatinina, osmolalidad, densidad relativa o conductividad.
    Para un cribado sensible, se recomienda usar orina concentrada, obtenida con una baja producción (20–50 ml/h o 500–1000 ml/día), idealmente con la primera orina de la mañana tras no beber líquidos durante la noche. Las muestras diluidas pueden dar falsos negativos.
    Parámetros químicos: Evaluar la concentración urinaria mejora la interpretación de pruebas químicas, especialmente en la medición de albuminuria mediante el cociente albúmina/creatinina.
    Partículas en orina: El análisis automatizado ha mejorado la precisión en el conteo de partículas, permitiendo una mejor clasificación de la leucocituria (glóbulos blancos) y la hematuria (glóbulos rojos) comparado con la microscopía manual.
  • Ejercicio y Postura Corporal: La actividad física y la postura pueden afectar la composición de la orina. Es aconsejable evitar el ejercicio extenuante antes de la recolección de la muestra.
  • Tiempo de Incubación en la Vejiga: Para un crecimiento bacteriano fiable, se recomienda que la orina permanezca en la vejiga entre 4 y 8 horas antes de ser recolectada.

Conclusión

El uroanálisis sigue siendo una herramienta esencial para el diagnóstico y seguimiento de enfermedades urinarias y renales. Las guías europeas de 2023 enfatizan la necesidad de un uso racional y bien dirigido de esta prueba, asegurando una interpretación precisa y evitando procedimientos innecesarios. La preparación adecuada del paciente y las estrategias de cribado adecuadas son fundamentales para optimizar el diagnóstico y tratamiento de estas patologías.

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