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Fluidos corporales y su análisis en laboratorio

El análisis de fluidos corporales en laboratorio cubre varias disciplinas analíticas: el recuento y la diferenciación de células en una gama de fluidos corporales diferentes, como el líquido cefalorraquídeo, los líquidos serosos y el líquido sinovial, que pueden realizarse en nuestros analizadores de la serie XN y XN-L.

Los recuentos y la diferenciación de células en fluidos corporales es un aspecto importante en el proceso de llegar al diagnóstico clínico correcto. Pueden darse varios motivos para solicitar este tipo de análisis, que dependen en gran medida del tipo de fluido corporal.

La automatización de los análisis clínicos de fluidos corporales tiene varias ventajas en comparación con los métodos manuales que utilizan una cámara de recuento tradicional. Aporta rapidez y comodidad. Su calidad no depende de aptitudes interindividuales, por lo que es un método estandarizado. Además, puede reducirse el número de recuentos manuales en cámara, que consumen mucho tiempo.

Líquido cefalorraquídeo (CSF, cerebrospinal fluid)

Líquido cefalorraquídeo (CSF, cerebrospinal fluid)

El líquido cefalorraquídeo es un fluido corporal salino fisiológico transparente con un bajo contenido en proteínas derivado de la ultrafiltración de la sangre. Se encuentra en el espacio que hay entre el cráneo, el cerebro y los ventrículos, y rodea la médula espinal. Sirve de “cojín” para el cerebro y la médula espinal, transporta hormonas y neurotransmisores, ayuda a eliminar los metabolitos tóxicos y garantiza que el cerebro se encuentre en un medio constante.

Un adulto sano normalmente tiene entre 100 y 150 ml de este líquido especial; la producción diaria suele rondar los 500 ml. Se produce mucho más del que tenemos porque en una persona sana, el líquido cefalorraquídeo se renueva cada 3 ó 4 horas. 

El análisis celular del líquido cefalorraquídeo es necesario para detectar o excluir enfermedades que afecten al sistema nervioso central: infección por bacterias, virus, hongos o protozoos; inflamación, p. ej., esclerosis múltiple o síndrome de Guillain-Barré; meningiosis, es decir, células procedentes de un tumor periférico.

Las muestras suelen tomarse mediante punción lumbar y, ocasionalmente, mediante punción cisternal. En pacientes con una derivación ventriculoperitoneal, p. ej., después de una intervención quirúrgica o durante el tratamiento de una hidrocefalia, también es posible obtener muestras de la derivación. Aunque es un procedimiento de rutina, la obtención de muestras de líquido cefalorraquídeo comporta ciertos riesgos, lo que hace del líquido cefalorraquídeo un material muy valioso.

Los recuentos y la diferenciación de células del líquido cefalorraquídeo permiten distinguir entre diferentes tipos de enfermedades. Como regla general, tener más de 5 leucocitos por microlitro (µl) se considera patológico en adultos, mientras que en neonatos, es posible llegar a los 30 leucocitos/µl en muestras normales.

Un aumento del número de neutrófilos suele indicar la presencia de una infección bacteriana, mientras que la eosinofilia puede hacer sospechar de la existencia de una parasitosis, pero también deberse a una reacción corporal ante cuerpos extraños.

El predominio de células mononucleadas más bien apunta a procesos inflamatorios o trastornos neurológicos.

Líquido pleural

Líquido pleural

El líquido pleural se acumula entre las dos capas pleurales, el espacio que rodea los pulmones que se denomina cavidad pleural. El volumen normal de líquido pleural es inferior a 10 ml. Una cantidad excesiva de este líquido (derrame pleural) se considera patológica. Hay diversos motivos por los que puede darse dicha acumulación, que van desde una insuficiencia cardíaca congestiva (el motivo más frecuente) hasta una neumonía, una embolia pulmonar, tuberculosis, etc.

Los recuentos y la diferenciación de células del líquido pleural se emplean para identificar el motivo del derrame pleural y detectar o excluir una infección del pulmón o la pleura por bacterias, virus, hongos o protozoos.

Por ejemplo, un gran número de neutrófilos puede apuntar a una infección, pero incluso los derrames pleurales no infecciosos pueden contener una cantidad considerable de leucocitos, aunque puede que haya más células mononucleadas en este caso.

Además, habitualmente se observan células mesoteliales y, en el caso de una enfermedad oncológica, se pueden detectar células cancerosas. Si hay sangre en el líquido, con bastante frecuencia se debe a una invasión cancerosa.

Líquido pericárdico

Líquido pericárdico

Un derrame pericárdico es una acumulación anómala de líquido en la cavidad pericárdica, que no suele exceder los 20-50 ml.

Puede deberse a una pericarditis, infecciones víricas, trastornos inflamatorios, insuficiencia renal, cardiocirugía, etc.

En lo relativo a los otros fluidos corporales serosos (líquido pleural y líquido peritoneal), su análisis sirve principalmente para corroborar la etiología o causa de su presencia o para detectar o excluir infecciones.

Líquido sinovial

Líquido sinovial

El líquido sinovial es un fluido corporal fisiológico transparente que se encuentra dentro de las cavidades articulares, y que reduce la fricción entre los cartílagos articulares durante el movimiento.

En el caso de artritis e infección, se produce un aumento de volumen del líquido sinovial.

Los recuentos y la diferenciación de células pueden ayudar a distinguir si el origen del derrame es inflamatorio o infeccioso. Unos recuentos muy elevados de leucocitos (es posible alcanzar más de 100.000/μl) con un predominio de neutrófilos sugieren una infección de la articulación.

Líquido de diálisis peritoneal ambulatoria continua (DPCA)

Líquido de diálisis peritoneal ambulatoria continua (DPCA)

El líquido de diálisis peritoneal ambulatoria continua (CAPD) no es un verdadero fluido corporal porque no se produce de manera fisiológica ni se genera debido a la propia enfermedad; únicamente se utiliza para el tratamiento de una enfermedad.

El proceso de CAPD es una alternativa a la hemodiálisis para pacientes que padezcan enfermedades renales. Utiliza el peritoneo del paciente como membrana a través de la cual se extraen fluidos y sustancias de la sangre mediante ósmosis.

El procedimiento está asociado a infecciones comunes del peritoneo. Un aumento de los recuentos de leucocitos con un alto porcentaje de neutrófilos puede indicar peritonitis, mientras que la eosinofilia  (una cantidad anormalmente alta de glóbulos blancos) suele considerarse en la mayoría de los casos un efecto secundario común del catéter, por ser un cuerpo extraño.

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